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Te
cuento este cuento desde orillas del mar Caspio, ahora que el dragoncito se ha
dormido.
Cuenta
la leyenda que todo el mundo tiene un dragón en su interior. Algunos más
grandes e inquietos, otros más pequeños y tranquilos.
El
mío, más bien pequeño, lo tengo engañado diez u once meses al año, pero cuando
despierta… ay, cuando despierta.
Cuando
el dragón despierta no se satisface hasta llevarte por el camino de las
penurias. Te obligará a viajar lejos, a pasar calor, a pasar frío, a mojarte, a
conducir por carreteras inexistentes o por autopistas inacabables… al dragón le
gusta que tardes más de la cuenta en encontrar un lugar donde dormir, que
algunos cobijos sean caros y malos, que otros sean baratos y muy malos. Te hará
entrar en servicios en los que descubrirás olores que no creyeras que
existieran, te hará descubrir sabores que nunca pensaras pudieras probar. Te
hará conducir polvoriento y sudado por carreteras cuyas normas crees
desconocer, pues no se parecen a las que tú antes has conocido.
Si
hay problemas en alguna frontera, disfruta; si parece que nadie conozca idioma
conocido, disfruta; si aparecen policías corruptos con ansias de agrandar su
corrupción, disfruta, disfruta
y disfruta.
Al
dragón le gustará que pases sed, que te duela el cuello y que te crujan las
rodillas.
Que
hagas maletas, que deshagas maletas, que hagas maletas, que deshagas maletas…
toooodos los días…
Que
tengas que madrugar, que te acuestes tarde, que te pique una avispa, que se te
queme la nariz, que eches de menos a tu gente…
Pero
llega un día, como hoy en Bakú, en el que el dragoncito se sienta, cruza sus
patitas, apoya la cabeza sobre ellas, deja de echar humo y poco a poco va
cerrando los ojos.
Y
entonces ya vuelves a sonreír.
O
tal vez fuera al revés, que llega un día, como hoy en Bakú, en el que sonríes y
entonces ya, el dragón se echa a dormir durante unos cuantos meses más.
Gracias Iñaki, por el desayuno que originó este cuento ;-)
graciass por permitirme continuar tu viaje
ResponderEliminarOleeeeeee
ResponderEliminarQue bueno que el dragoncito despierte, al menos, un o dos meses al año... ;)
ResponderEliminarGrande y sabio Iñaki y muy grande e inquieto ese dragón tuyo ;-)
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