Siempre regreso feliz de mis viajes, porque vuelvo; y triste, porque regreso. Después los guardo en este escondite; para que no se pierdan, para que nunca terminen.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Loco?






De verdad, esto tengo que contártelo, te lo digo muy en serio:
En ocasiones, cada vez en más ocasiones, veo rutas...

Mire a donde mire, imagino carreteras que lleven hasta el final de la tierra, pistas que suban por encima de las nubes, autopistas que no sé a dónde llegan, caminos que pasen por detrás de tu casa...
Si abro un libro, las veo; si miro la televisión, las veo; si me asomo a la ventana, si hago una foto, si arranco la moto... las veo, las veo y las veo.








Despúes, confuso, me pregunto si estarán ahí todas esas rutas o si son sólo fruto de mi imaginación...
¿Y si un día arranco la moto y salgo a comprobarlo?
¿Te imaginas?
Dime, ¿me estaré volviendo loco?


martes, 21 de septiembre de 2010

Sé lo que hicisteis el último verano


Te quejas porque ha llegado el otoño, pero yo sé lo que hiciste el último verano…

Sé lo de Ibiza, lo de los sultanitos, lo de Antonia y Jaume, lo de Inma y Charly yo sé.
Te quejas porque ha llegado el otoño, pero sé lo del desierto de Tabernas… lo de Carboneras y Granada… yo lo sé.

Sé lo de Almería, sí, lo sé. Y que estuviste en Gandía también.
Te quejas, te quejas, te quejas… pero sé lo que pasó a orillas del Tormes. Y lo de la sierra de Alcoy… no te quejes, que sé lo que pasó en Cartagena. Y lo de la ballena…

Sé que quisiste subir a Sierra Espuña, sé que te reuniste con más de dos mil moteros en Formigal y que elegiste sólo a dos para llegar a Francia.

Sé que se mete el sol, que se acaba el verano yo sé… pero,
¿de qué te quejas Simba, de qué te quejas?

















lunes, 13 de septiembre de 2010

FORMIGAL SEGÚN McBAUMAN




AQUELLA CARRETERA...




Ya comenzaba el día, ya comenzaba.
Ya arrancaba la moto, ya sacaba una foto.
Ya comenzaba el viaje, ya comenzaba.






En los albores de aquel, ya lejano, viernes, "Simba" y un servidor nos dirigíamos rumbo al encuentro BMW riders, rumbo a los hermosos montes Pirineos, rumbo al encuentro con un montón de muy buenos amigos nuestros.
Con la sonrisa bajo el casco, con la ilusión en las maletas, con la vista en el infinito (y más allá) enfilamos hacia Almansa por una aburrida autovía. Así que allí la abandonamos para seguir el resto de los 800 kilómetros que nos aguardaban aquella jornada por carreteras secundarias y pistas de tierra.
Y llegamos a la orilla del río Júcar. El paraje era espectacular: Las carreteras, desiertas; los montes, verdes; la banda sonora, el escape de Simba; el cielo, azul.
¿azul?
A lo lejos, primero; ahi al lado, después, las gigantescas chimeneas de la central nuclear de Cofrentes nos devolvían al siglo XXI... lástima grande que tanto cielo azul no fuera real.





Aunque engañando a la cámara cambiaba las torres de la central por las del castillo.





Y como aquella imagen nos dejó muy tristes, decidimos seguir por una pista de tierra que alguien puso allí mismo.
Y en ocasiones íbamos paralelos a la carretera, pero por nuestra pista, que para eso tenemos una trail.
Seguro que quienes nos vieran desde el asfalto según íbamos levantando polvo por la pista no entendían nada, pero nosotros nos lo estábamos pasando pipa.






Y cuando ya has circulado por la provincia de Alicante, Albacete, Cuenca y Valencia se llega a Teruel por una carreterita muy molona y un pueblo de nombre elocuente da la bienvenida.
Mola




Y en este estado de cosas uno piensa:
-¿por qué no vamos a Alcañiz a ver el circuito de velocidad en el que se correrá el Gran Premio dentro de una semana?
y como no supimos porqué no ir, fuimos.





Y no quisimos molestar a los señores que estaban terminando las obras del aparcamiento y otras cosillas, no fuera que no se terminara la cosa a tiempo y nos echaran la culpa a nosotros.
Así que nos fuimos a lo nuestro, por una pista que salía desde el camping que está allí mismo




Y si vas y te fijas en un indicador que señala que Andorra está allí al lado, no te fíes, que no es la que tú piensas, que es un pueblecito pequeño y los relojes (si los hay) cuestan igual que en el resto de España.
Te lo digo yo, hazme caso.

En un kilómetro cualquiera del trayecto paré la moto y me quedé mirando alrededor. Aquello era un secarral de consideración. El sol apretaba de lo lindo. Había pistas de tierra por doquier. Supe que había llegado a los Monegros.
Bueno, el cartelito verde también ayudó a que el viajero se situara, claro, que para eso lo ponen.






Y antes de que nos perdiéramos demasiado, dejé que fuera la moto la que guiara a partir de entonces.
A veces por largas pistas, en ocasiones por largas carreteritas, por ruinas, por bodegas (tierras de buen vino), por pueblos abandonados, por pueblos habitados... y mis queridos Pirineos ya se podían oler...
















Y a la hora crucial, llegó un momento crucial... en un cruce, por cierto:
Enfilábamos la subida a Bielsa para llegar a Formigal desde Francia, subiendo Portalet y haciéndonos un poquito los chulos. Pero también es verdad que no quedaban muchas horas de luz, que los kilómetros entre curvas se tardan más en recorrer, que teníamos ganas de ver a nuestros amigos, que se iban a reír de nosotros por hacernos los chulos... así que decidimos retocar los planes y tomar aquel cruce hacia la izquierda, hacia el hermoso valle del Vió, al fin, hacia Formigal...









Después del éxtasis de curvas y paisaje, aparecimos en la preciosa estación de esquí. Todavía era de día, así que nadie se burló de nadie.
Aún nos dio tiempo para dar una vuelta, para encontrarnos con algunos buenos amigos llegados desde cualquier lugar de España, para ver cómo el sol se ponía en las montañas...
Y de aquella noche en la que terminamos en una cueva, con Juanma, Valentín y Paco (entre otros) no seré yo quién diga ni media palabra, que luego todo se sabe.











MIS AMIGOS Y LA RIDERS





Madrugando algo menos que el día anterior, los intrépidos moteros se dirigen a lo que propiamente es el evento BMW riders.
Lo mejor de este tipo de saraos es que van llegando motoamigos de cualquier sitio, los tengas donde los tengas, y eso, a mí, me pone loco de contento








y entre bravuconada y bravuconada uno mira algunas de las cosillas que por allí hay










y participa en otras

















Y volvió a llegar un momento crucial a una hora crucial (sin cruce esta vez)
En la carpa del foro www.gs1200.com se estaba montando un sarao importante por varias razones, a saber:

En ese foro se respira un gran ambiente de amistad.
Alguien tuvo a bien proponer un brindis y varios foreros tuvieron a bien llevar viandas típicas de su zona, que si cava, que si café ( ;-) ) que si mistela, que si empanada, que si turrón, que si mantecados... (mil gracias a todos!!!)
Además era gratis!!!


Con esos ingredientes el éxito de la convocatoria estaba asegurado.
No dejamos ni las migas, claro
Mil gracias a todos!!! (ah, que ya lo he dicho) (es que estaba muy contento)











Y ya de noche, se hizo de noche.
Que si un concierto heavy, que si un mini molón, que si la moto de un papa, que si otra vez la cueva esa...
Volveré a guardar silencio sobre las jornadas nocturnas pero... ¡caray, que bien lo pasamos!








FRANCIA Y LA RESACA


No diré que la mañana siguiente teníamos una resaca del copón, consecuencia, sin duda, de alguna bebida que ingerimos en mal estado.
Sea como fuere, llegamos una hora tarde a nuestra cita con Paco para ir a dar una vuelta antes de regresar a casa.
Menos mal que nos esperaba bien acompañado






Arrancamos las motos lo que quedaba de Juanma, Paco y un servidor y enfilamos hacia la cima del Portalet y otros tantos puertos en los que me encuentro casi como en casa. Ya tenía yo ganas de hacer una rutilla con Paco (a Juanma le tengo más visto)










Y como nos estábamos liando más de lo que debíamos, Juanma decidió hacer caso a su navegador, aunque parecía que le guiara por la carretera más lejana (o tal vez por eso)
Paco y yo seguimos juntos un rato más, hasta que también nos tuvimos que separar confiando en una próxima ocasión







Y sin más dilación, llegó ese momento tan tristón de enfilar la vuelta a casa, con un cansancio agotador, con una gran sonrisa de satisfacción, con las maletas llenas de alegría... con una duda en el horizonte:

¿a dónde?