Yo soy ese. El que sin serlo, se disfraza de Sultán; el que viaja contigo, el que va siempre a tu lado, sin que tú lo sepas. El que nació entre montañas, el que nació junto al mar, el que volvió a nacer en una curva camino a Cala Conta… yo soy ese.
El que busca destinos, el que encuentra caminos, yo soy ese. El que encontró una flor en el desierto, el que encontró un desierto en el bosque. El que monta en moto, el que monta en tren; el que monta en tren con su moto. El que siempre llega tarde, el que siempre llega… yo soy ese.
El que va dando vueltas a la Península, el que va en busca de dos soles, el amante de los atardeceres por la mañana, el que odia los amaneceres por la noche… ese, yo soy ese.
El que se pierde en Rodalquilar, el que se enamoró de Andorra, el que se quedó sin palabras en Verona, el que perdió el camino, camino a las estrellas. El que tiene una gran moto pequeña, o una pequeña gran moto, ese soy yo. El que añora a “Sultana”, el que no se acuerda del “Mamut”. El que llora con “los duendes” de Aguiló. El que canta cuando llueve, el que no quiere parar la moto cuando nieva, ese, ese, yo soy ese.
El que llegó malo a La Bañeza, pero llegó. El que estuvo malo en Miranda, pero estuvo. El que montó en camello, el que durmió en una jaima, el que durmió en buenos hoteles baratos, el que durmió en malos hoteles caros.
El que te hace reír si te caes, el que una vez te hizo llorar, el que te hace cantar y el que no sabe bailar.
El que tiene el síndrome de la gacela, el que cada semana sueña en “La Torre”… el viajero, el turista, el motero, el motorista… ese también soy yo.
El que viaja con uno de los mejores, o con el que nunca come en casa los domingos, o con el que se va de crucero… ¡sí hombre! Yo también soy ese.
El que ha tenido la suerte de llegarte a conocer, el que espera un sms tuyo todos los sábados, el que estuvo contigo en las orillas del Duero, en el Barrio del Pilar o en San Juan de Gaztelugatxe… ese era yo.
El que te fue a ver a Gijón, el que discutió contigo camino de Santiago, el que te prometió cuatro fotos y un fado, al que dijiste que no cuando era que sí… ese soy.
El que te escribe para que me leas, el que te mira para que me veas. El que te enseñó la Isla en moto, el que en vez de mecánico tiene un poeta, el que tiene un amigo “limón”, el que te llama el 1 de abril, el que tiene una flauta, la flauta de Bartolo.
Y el que a estas horas estará tomando un escocés en Irlanda o un irlandés en Escocia.
Yo soy ese, con el que siempre vas, con el que viajas aunque yo no lo sepa.
El que, cada sábado, se disfraza de Sultán…
Quien eres, eras y serás
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ResponderEliminar... y soy yo quien te lee, te sigue, rie e incluso llora por crónicas e historias de quien como tú inspiras y ayudas a soñar y luchar por lo sueños.
"Que la luz de los faros iluminen tú camino Mc!"
Me alegra leerte en uno de mis relatos favoritos.
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